sábado, 6 de noviembre de 2010

Artículos en periódicos

El escritor Orient Bolívar presenta libro

  • Ya está a la venta el libro: José Juárez Espinoza. Rebeldía, conspiración y martirio de un patriota

Por: Elba Cristina Parrales

Orient Bolívar Juárez revela en su libro las distintas etapas de la vida del patriota José Juárez Espinoza.

PRENSA/ELBA PARRALES


Muchos son los héroes nacionales que permanecen en el anonimato, sobre todo los que lucharon contra la dictadura somocista en los años de 1950. Mucho antes que se formara el Frente Sandinista de Liberación Nacional.

Uno de esos héroes desconocidos es el poeta esteliano José Juárez Espinoza.

Por ello, el escritor Orient Bolívar Juárez ilustra en su libro: la vida, obra poética, orígenes familiares, trayectoria política, el exilio en Guatemala y Honduras, la faceta como empresario, la vinculación con los distintos movimientos revolucionarios, la incorporación a la lucha armada y el martirio de la muerte del poeta y héroe José Juárez, quien fue el padre de Bolívar.

El libro está estructurado en 31 apartados, 67 fotografías y cinco mapas.

“Para mayor comprensión de los lectores, el libro está bien ilustrado. Los mapas ayudan al lector a ubicarse dónde ocurrieron los hechos que relato”, explica Bolívar.


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El historiador y cartógrafo Orient Bolívar Juárez al mostrar a EL NUEVO DIARIO parte de los estudios cartográficos que realizó en 2006 sobre el Río San Juan. EDGARD BARBERENA S. / END
Orient Bolívar, historiador y estudioso del río

“Denuncia tica es por vieja pretensión de quitarnos el San Juan”

* “No es un secreto que Costa Rica siempre ha querido ampliar sus fronteras en el norte lo más que pueda, en dirección hacia el Gran Lago de Nicaragua”, afirma

Edgard Barberena

END - 21:44 - 03/11/2010


La denuncia que Costa Rica interpuso en la OEA sobre una supuesta incursión del Ejército nicaragüense en su territorio, es para cubrir una vieja pretensión de algunos sectores de ese país en apoderarse del Río San Juan y ahora tratar de evitar el dragado que el gobierno realiza en esa afluente que forma parte de Nicaragua.

Así lo expresó ayer a EL NUEVO DIARIO uno de los expertos en cartografía y autor de varios estudios sobre el río San Juan, Orient Bolívar Juárez.

“Desde el siglo XIX ha estado en la mira del Estado de Nicaragua hacer ese dragado, eso fue planteado desde la época de José Santos Zelaya, y antes de esta Administración hubo especialistas, entre ellos el ingeniero alemán Maximiliano von Sonnenstern, que plantearon la necesidad imperiosa de dragar el río San Juan”, afirmó.

El también historiador y ex Secretario General de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua recordó que en aquellos años se dejaba transcurrir mucho tiempo para llevar a cabo el dragado, “pero no es un tema nuevo”.

“Nunca se había despertado la sensibilidad de Costa Rica, como lo ha hecho ahora, y quizás eso es una forma de presión para frustrar el plan estratégico de la limpieza del San Juan en su desembocadura”, agregó Juárez.

Sedimentos forman islotes

Dijo que no hay una porción del territorio de Nicaragua “mejor conocida en términos geográficos y cartográficos que el Río San Juan por parte nuestra. Se conocen las profundidades, la velocidad de las aguas, la formación de los islotes, la desintegración de los mismos”.

“La formación de los islotes se debe a la acumulación de los sedimentos, y ha habido algunos grandes que han desaparecido”, dijo el especialista en una clara repuesta al las autoridades costarricenses que el martes alegaron ante la televisión costarricense de que efectivos de las fuerzas armadas de Nicaragua se habían posesionado de una supuesta isla de Costa Rica.

“El desvío de las aguas del Río San Juan al Río Colorado se produjo porque un islote que existía ahí, en un invierno muy fuerte y caudaloso se desintegró, debido a que un norteamericano que vivía en esa localidad, taló los árboles que le daban solidez al islote y la gran crecida del San Juan lo desintegró”, dijo el experto, autor de varios libros sobre cartografía.

Pretensión tica de ampliar frontera

“No es un secreto que Costa Rica siempre ha tenido la pretensión de ampliar sus fronteras en el norte lo más que pueda, en dirección hacia el Gran Lago de Nicaragua. Esto es algo recurrente en la historia desde la época de la guerra nacional y cuidado desde antes”, dijo Juárez con respecto al dominio y control sobre la ruta de navegación del río San Juan.

Dijo el especialista que Costa Rica ha hecho una gran propaganda sobre el dragado del río San Juan, y “eso ha sido sobredimensionado”, y es probable que sectores del gobierno de la presidenta Laura Chinchilla estén interesados en provocar un conflicto con Nicaragua y ver si se apoderan del río, tal como hace muchos años lo hicieron con la provincia de Guanacaste.

Juárez dijo que fue correcta la decisión del presidente Daniel Ortega de recurrir ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya ante el conflicto generado por el gobierno costarricense, ya que ese es el tribunal competente y demuestra que Nicaragua ha actuado en apego a las normas del derecho internacional.


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Razón histórica y vital de Orient Bolívar Juárez

Por: Eduardo Pérez-Valle (h.)

END - 20:04 - 22/06/2010


Al dedicar estas líneas a la obra “Historia de la Geodesia y la Cartografía en Nicaragua”, primera edición (junio 2010), es preciso poner en relieve la primera vez que su autor, en ocasión de recibirlo mi padre en nuestra casa, obtuvo la atención aguda y el silencioso asenso de su interlocutor. A tal efecto, el rostro del doctor Eduardo Pérez-Valle (1924-1998), denotó el agrado de aquella exposición. Motivo de conexión constituyó el tema sobre el ingeniero Maximiliano von Sonnenstern, pionero de la Cartografía y la Geografía en Nicaragua.

A partir de entonces, ambos personajes, con edades y ejercicios académicos de distintas épocas, enlazarían idénticos propósitos en cuanto al interés por el estudio del desarrollo de la Geodesia y la Cartografía. Poco después, Bolívar Juárez despertó interés con la publicación de la obra “Maximiliano von Sonnenstern y el primer mapa oficial de la República de Nicaragua: Contribución a la Cartografía nacional”, primera edición (enero, 1995).

Entre las influencias de actualidad que pueden señalarse del acontecimiento editorial que suscita la obra del autor, está la cartografía histórica como entreverado fundamental de la defensa territorial del país. Precisamente, el pasado jueves 10, reapareció la diplomacia hondureña en conciliábulo con Colombia. Sin duda, los planes de despojo están y son estudiados por los adversarios, y cada “impulso” está acompañado del trabajo cartográfico. Ante la Corte Internacional de Justicia, el Gobierno de Honduras pide un derecho inexistente. A través de nuestras debilidades “la coalición para el despojo” intentará hacerse con el Derecho Internacional y obtener sentencia favorable; mientras tanto, los sucesores del Golpe de Estado trabajan los minutos y grados del mapa que quieren para ellos, sin interrumpir las hostilidades contra nuestra soberanía.

Cualquier abogado honrado y competente, sin que a la par del trabajo jurídico esté obligado a saber en abundancia sobre Geodesia y Cartografía, necesita del exacto conocimiento en la materia, para entender y hacer las ejecutorias del caso. Para la especialidad, están quienes por conocimiento apropiado, deben permanecer juntos en la línea de la defensa. Lamentable, pero en materia de Cartografía histórica no hay mucho capital humano. En antiguos ejemplos, encontramos estrategas y estrategias equivocadas. Cuando a principios del S. XX perdimos el territorio en litigio con Honduras, en la derrota heredamos otras desventajas: fundados en la ignorancia técnica nuestra, los hondureños quedaron dueños del Cabo Gracias a Dios.

Como si ya no hubiésemos sido víctimas de nuestras propias circunstancias, Ramón Villeda Morales, Presidente de Honduras, y Luis Somoza Debayle, Presidente de Nicaragua, reunidos en Tegucigalpa el 12 de enero de 1961, nombraron los Comisionados Plenipotenciarios para ejecutar el Laudo dictado por el Rey de España (22 de julio de 1906), cuyo desempeño bipartito finalizó en diciembre de 1963. Pues bien, la tal Comisión Mixta de Ingenieros, concluyó con un “anzuelo de oro” al agregar en el numeral cinco y final, la siguiente influencia: “La Comisión Mixta se permite recomendar a ambos Gobiernos la conveniencia de celebrar un Tratado de Navegación y uso industrial y agrícola de las aguas del río Coco, a fin de regular las situaciones que el futuro puedan presentarse en relación con esas materias”.2

Nuestro historiador sabe de qué se trata hacer equipo y tener responsabilidad en defensa de los intereses de la Patria. Entre otras responsabilidades, en 2002 estuvo activo en los asuntos limítrofes relacionados a la disputa con Honduras y Colombia. Viajó a Londres a investigar sobre la cartografía del Caribe nicaragüense en el prestigiado Office Public Record de Londres y en la Biblioteca británica, para procurar al país documentos a favor de nuestra defensa. En 2002, asesoró a la Cancillería en Historia Diplomática, y en 2003, el Gobierno de El Salvador, lo contrató como consultor en Cartografía Histórica en atención de la Comisión Presidencial para Asuntos Limítrofes del Golfo de Fonseca, que llevó la disputa con Honduras ante la Corte Internacional de Justicia.

Sin dudas, sobre la mesa del Canciller hondureño deben permanecer los respectivos mapas llenos de lenguaje convencional, dibujados a la medida de nuestra dejadez y a la mala costumbre de no resguardar nuestros documentos. Por tal incuria hemos sufrido la supresión de antiguos límites; latitudes y longitudes desaparecieron en la cartografía nacional.

Eso me hace traer otra referencia de cómo “el buen vecino” actúa con la mirada en el futuro y en lo ajeno. El Instituto Geográfico de Costa Rica, con el apoyo del “Geodésico Interamericano” con sede en donde fue el Fort Clayton, Zona del Canal de Panamá, emprendió primero que nosotros, legítimos e indiscutibles dueños del Río San Juan, la cartografía topográfica entre Costa Rica y Nicaragua, para estudiar la posibilidad de un canal interoceánico en esa ruta, por el primer adelanto expresaban “estar felices por la consumación de la cartografía topográfica del área que yace entre Costa Rica y Nicaragua, los estudios determinaron la posibilidad de construir un canal a nivel por esa ruta y por eso se demandan mapas absolutamente exactos”. En Fort Clayton estaban complacidos por “el trabajo brillante” y por anticipar el plazo de entrega en un mes. 1

La Geodesia y la Cartografía son para las naciones, lo que para la humanidad constituye el agua como fuente de vida. No hay circunstancias que otorgue licencia para prescindir de ella. A partir de los alcances y beneficios que otorga, posee como ciencia, un componente de interdependencia global, a la que todas las naciones están unidas en el interés recíproco de la comunicación, terrestre y aérea, el comercio, el viaje turístico, la ruta marítima de puerto a puerto, la gestión de proyectos de inversión, exploración petrolera.

El libro de Bolívar Juárez, no sólo destaca la importancia de la ciencia cartográfica, recobra y enlaza episodios inéditos donde a través de ellos, el lector advierte el tiempo que toma el progreso en una permanente lucha, donde hombres de espíritu hacedero apartaron con actos decisivos a los generacionales de comportamiento refractario. No obstante, en el balance de lo actuado siempre hay más rechazos que impulsos. Así, como el autor proyecta sustanciales avances en la historia inicial de la Cartografía y la Geodesia, ella también constituye ejemplo de lo trabajoso que resulta el alumbramiento de nuestro progreso. Muy a pesar nuestro y para el disgusto de otros, conviene decir que en avance técnico y científico somos territorio de modorras.

A juzgar por otro asombroso dato de nuestras insuficiencias editoriales y educativas, el autor deja constancia que los únicos Atlas que posee Nicaragua, son sólo tres: “El Atlas de la lucha de Liberación Nacional”, publicado en 1980 por el Instituto Geográfico Nacional; el “Atlas Escolar de Nicaragua”, publicado por el Ineter en 1992; y “Nicaragua y el Mundo. Atlas Básico Ilustrado”, publicado en Estocolmo en 1993. Se colige que en mucho tiempo transcurrido, los maestros de primeras enseñanzas y de Educación Media, no tuvieron al alcance el recurso técnico para educar a esas generaciones de estudiantes con el auxilio de un Atlas de mapas básicos.

Conviene agregar al dato de los tres Atlas referidos por Bolívar Juárez, otra publicación anterior, el “Atlas Geográfico de Nicaragua: Auxiliar de Geografía Activa”, elaborado por el doctor Eduardo Pérez-Valle, bajo el sello editorial Raven, contiene 16 mapas mudos, uno por cada Departamento y dos mapas mudos de Nicaragua, impresos en 1/8 de página, conforme a la división política oficial de la época, incluido el ahora suprimido departamento de Zelaya. Y como única ayuda de referencia para el educando, de Geografía básica, dentro de cada mapa dibujó los ríos más importantes y algunos afluentes. Fueron hechos para dotar a las escuelas, y facilitar la representación y el aprendizaje de los elementos geográficos de cada departamento.

Quienes están acostumbrados al trabajo de lidiar con la historia, saben que las causas y los efectos de todo suceso corren el riesgo de perderse o distorsionarse en la memoria colectiva, porque según mueren y nacen generaciones, ocurre un imparable diluido intelectivo y sensitivo. Se repente, en un parpadeo de cien años, brevedad que parece eterna, y tras la destrucción o desorden en los documentos, sólo encontramos retazos de historia fidedigna que apenas, como relato de boca en boca, nos aproxima a la verdad de un hecho; en ese estado de las cosas, tampoco habrá libro que lo registre y venga en nuestro auxilio.

Las 304 páginas de la “Historia de la Geodesia y la Cartografía en Nicaragua” es, el resultado en provecho de todo lo que el tema convoca, pero tiene algo que la tenaz vocación del historiador necesita, la voluntad que a Orient Bolívar nunca le ha permitido abandonar lo que empieza. Historia reveladora de la que no sólo participa el escritor, sino que, reconoce en oro los méritos de los hombres que fueron actores y testigos de aquellos episodios originarios de la Geodesia y Cartografía, en circunstancias dramáticas de trabajo, expresadas en el emotivo y bien logrado relato inserto en el libro, cuyo autor es el ingeniero Cristóbal Rugama Núñez: “Sería necesaria la crónica de Manolo Cuadra o de Emilio Quintana para que se sepa cómo mueren madereros, raicilleros y huleros, envenenados por sus propios habilitadores, no bastaría un libro, para contar tantas y tantas cosas, Costa Atlántica, nunca desmentida…! Nunca suficientemente ponderada!
Nuestra Patria es la razón histórica y vital de Orient Bolívar Juárez, cuya obra fue presentado al público el día de ayer.

1 Cartografía topográfica entre Nicaragua y Costa Rica para Canal, se terminó ya. En: La Prensa Libre, de San José. Lunes 26 de diciembre de 1966.


2 Nicaragua ya no tiene problemas fronterizos. En: Nicaragua. Órgano de la Secretaría de Información y Prensa de la Presidencia de la República. Managua, D.N. Enero de 1963. Pág. 11.


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HISTORIA DIPLOMÁTICA DE JAPÓN Y NICARAGUA


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En diciembre de 2006 fue publicado el libro Japón y Nicaragua, contribución a la historia de sus relaciones diplomáticas, cuyo contenido viene a llenar un vacío de información histórica respecto a la relación entre ambas naciones. Hasta hace poco se creía que las relaciones bilaterales entre Japón y Nicaragua databan de hace 70 años, sin embargo, este excelente y acucioso trabajo del historiador nicaragüense Orient Bolívar Juárez, revela --y sustenta-- que éstas iniciaron hace 115 años, (Período Meiji, 1892) cuando las legaciones de ambos gobiernos negociaron en Washington un Tratado de Amistad, Comercio y Navegación.

La existencia de relaciones diplomáticas entre Japón y Nicaragua en el siglo XX está ampliamente documentada y se constata, por ejemplo, en correspondencias de los presidentes de Nicaragua, José Madriz (1909) y Juan B. Sacasa (1935). Esta etapa se inició con el nombramiento del primer Ministro Plenipotenciario de Japón en Nicaragua en 1935 y cubrió todas las actividades derivadas de ese intercambio. El estudio de Orient Bolívar expone una sucinta relación de hechos relevantes acaecidos a raíz de la ruptura de relaciones diplomáticas en 1941, como consecuencia de la II Guerra Mundial, cuando el gobierno de Nicaragua, aliado al de Estados Unidos de Norteamérica, declaró la guerra a Italia, Alemania, Bulgaria y al Imperio del Sol Naciente, como quedó establecido en la Resolución No. 35 de la Cámara de Diputados, D.N., del 9 de diciembre de 1941.

Superada la ruptura --que duró once años y fue reanudada en 1952-- el desarrollo diplomático entre ambas naciones alcanzó su apogeo durante el período comprendido entre 1952 y la década de 1980. En términos cronológicos, esa tercera etapa, de 38 años de duración, ha sido la más extensa. En la obra se estudia el conjunto de elementos que caracterizaron la reanudación de relaciones consulares entre los años 1950 y las décadas del 60, 70 y 80, siendo las relaciones de intercambio comercial el común denominador durante el período mencionado.

La última etapa de relaciones corresponde al ciclo de 1990-2005, siendo su rasgo sobresaliente la cooperación internacional de Japón con Nicaragua. Respecto a las relaciones comerciales el libro contiene cifras y productos importados por Nicaragua de Japón, desde 1912 hasta 1960, así como los detalles de sus exportaciones a ese país, desde 1935 hasta 1960. Es oportuno destacar que los estudiosos de las relaciones internacionales encontrarán en este libro detalles interesantes de qué es y cómo funciona la cooperación internacional y la Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD) de Japón, presentando además una visión general de la cooperación japonesa a Nicaragua durante el período 1990-2002.

También se estudiaron las especificidades de las Relaciones Multilaterales, en particular, el apoyo recíproco de ambas naciones en el seno de organizaciones internacionales, en especial, Naciones Unidas. En los Anexos de este amplio y documentado trabajo está una selección de los decretos más importantes sobre la II Guerra Mundial, promulgados por el gobierno de Nicaragua; el listado de condecoraciones que Japón ha otorgado a Nicaragua; los nombres de embajadores japoneses en Nicaragua y sus homólogos nicaragüenses en Japón. Con rigor similar se detallan las actividades de intercambio cultural entre ambas países desde 1989 hasta 2005; las cifras de cooperación de Japón de 1990 a 1997; los recursos externos formalizados por fuentes y proyectos de 1999 a 2004; los proyectos aprobados del Programa de Estabilización Económica (NPG) y el Programa del Fomento a la Producción de Granos Básicos (KR-2) de 1990 a 2005; la Declaración de Tokio y su Plan de Acción, y el listado de 424 becarios nicaragüenses con estudios superiores en universidades de Japón desde 1970 hasta 2006.

Para la publicación de esta contribución a la historia de las relaciones diplomáticas entre Japón y Nicaragua, el investigador consultó numerosas fuentes primarias y secundarias: correspondencias; informes consulares, diplomáticos y económicos; notas; crónicas periodísticas; leyes y decretos; discursos; convenios; memorias oficiales; libros, revistas y periódicos. No cabe duda de que el nuevo libro de Orient Bolívar Juárez constituye no sólo un trabajo pionero y un valioso aporte a la bibliografía nacional, sino también un estímulo que viene a impulsar la rica e interesante historia diplomática nicaragüense, aún por escribirse.

Con seguridad, la riqueza y calidad de esta obra servirá a historiadores nicaragüenses --presentes y futuros-- a estudiantes universitarios y a la población interesada en conocer el apasionante mundo de las relaciones internacionales. Ojalá que este magnífico esfuerzo de Juárez --apoyado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua y la Embajada de Japón en nuestro país-- sirva de referente para futuros trabajos, dirigidos a integrar la historia de las relaciones diplomáticas de Nicaragua con los gobiernos y países del mundo.

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